14 ago 2019

SOLO SE TRATA DE VIVIR


Un amigo que vive fuera del país hace más de 20 años no tenía una relación muy cercana con su papá, su mamá había muerto dos años atrás de un cáncer y eso hizo que se abriera un poco más la brecha entre ellos. A raíz de la pandemia noté que mi amigo lo llamaba con cierta frecuencia para saber cómo estaba. 

Un día conversando acerca de lo corta que es la vida y la soledad que estaba llevando su papá en medio de la pandemia, acordamos sorprenderlo y enviarle una torta de chocolate o de zanahoria, ya que le gustaba el dulce. Yo me encargué de la logística.  Lo llamé y le dije que iría a dejarle una torta que le había mandado su hijo.  Recuerdo la conversación, se puso muy contento y sorprendido con el detalle, me dijo que prefería la de zanahoria.   Esa tarde le llevé la torta con una tarjeta de parte de mi amigo.   

Esa noche su papá le mandó la foto de la torta junto con una cerveza, muy emocionado por el detalle.  La cerveza en la foto tenía un mensaje importante, a pesar de las diferencias entre ellos, cuando venía cada diciembre, veían un partido del Real Madrid juntos compartiendo una cerveza.  Y esa foto era como la manera de tomarla juntos a pesar de la distancia.  Mi amigo me compartió la imagen y me dijo confirmando mi lectura de la foto “Mi papá está muy contento con la torta, nunca lo había visto así”…  A partir de ahí comenzaron a hablarse con más frecuencia, con más cercanía, con más amor. 

Dos semanas después de esto tuvo síntomas de covid y fue a la Fundación CardioInfantil y le encontraron un problema de corazón que tenía que ser reparado con prontitud.  Mi amigo intentó buscar la manera de venir, pero desde el país que se encuentra no hay vuelos para Colombia directos, además de las cuarentenas que tendría que guardar al hacer escala en ciertos países.   Sin embargo estaba buscando la manera. 

La operación salió un éxito, luego de algunos días en coma inducido, se despertó y todo estaba mejor y le darían de alta. Hablaron por teléfono la mañana del miércoles, incluso acerca del partido de Champions del Real Madrid de esa tarde…  Y esa noche murió. 

Cuando mi amigo me escribió contándome su dolor y me habló de sus últimas conversaciones, a pesar de que estaba devastado noté paz en sus palabras.  Las últimas semanas estuvieron más cerca que nunca, dejando atrás el pasado y solo estando pendientes uno del otro.  Y me escribió “La vida no se entiende sin la muerte, como el día no se entiende sin la noche”. 

Un simple gesto, un simple acto puede hacer el cambio entre dos personas.  A veces no se trata de hablar  “es que tú, es que yo” se trata, tal vez, de aceptarnos como somos, de fortalecer lo que nos une y vivir.  Aplica para toda clase de relaciones: familiares, amigos, pareja…. todo.  Mientras haya vida siempre se pueden arreglar las cosas y disfrutar dejando de lado las diferencias.   En todas las relaciones.

Yo insisto en que el quid de la vida está en la manera cómo nos relacionamos con los demás y cómo aprendemos a disfrutar cada momento, entendiendo que la vida, tal como la conocemos, algún día va a terminar para todos. 

Creo que nos enredamos la vida muchas veces pensando en cómo deberían ser las cosas y a veces nos corresponde vivir cosas maravillosas en situaciones que aunque no son las ideales, terminan siendo momentos perfectos.  Nada ocurre por casualidad.  La vida son Instantes  y como dice una canción “solo se trata de vivir sin miedos y sin excusas”. Disfrutando al máximo cada momento, compartiendo este espacio, al final solo se trata de vivir…