Esta tarde mientras veía el ocaso del sol vi unas aves volar en el cielo y se veían felices. Disfrutando libremente de su vuelo, al paso del viento. Era realmente un espectáculo verlas.
Como siempre o como casi siempre una cosa lleva a la otra, me acordé de una leyenda que leí hace muchos años que habla del amor y nuestra relación con él.
La Leyenda del amor Eterno.
Cuenta una leyenda que un día el hijo de un guerrero se enamoró de una joven muy bella y ambos decidieron casarse tras lograr el permiso de sus padres. Como se amaban tanto y sabiendo de los peligros de la convivencia, decidieron visitar al brujo de la tribu para que les preparara un conjuro que hiciera su amor y su alianza realmente eternos.
El brujo le dijo al guerrero:
Ve a las Montañas del Norte y sube a la más alta que encuentres y cuando estés en su cima busca el halcón más vigoroso, el más fuerte y más valiente de todos. Debes cazarlo y traerlo vivo aquí.
Luego dirigiéndose a la hermosa muchacha le dijo:
Tú ve a las Montañas del Sur y busca en la cordillera el águila más cazadora, la que vuele más alto y de mirada más profunda. Tú solita debes cazarla y traerla viva aquí.
Tras varios días de andar por las montañas, el guerrero y la muchacha consiguieron sus objetivos y volvieron muy satisfechos con las hermosas aves junto al brujo.